¿Dónde está tu niño interior?

Hoy estaba en la audición de piano de mi hija Elena. Viendo como superaba su zona de confort, sus miedos, sus nervios. Y viendo como muchos niños también lo hacían. Algunos con mejores resultados que otros. Pero todos con dudas y muchos muchos nervios. Y con diversión, creatividad y pasión por lo que hacen.

Y mi cabecita comenzó a pensar y a darle vueltas a ese post que se resistía. ¿Sobre qué escribiré? Pues me gustaría preguntaros algo. ¿Cuando abandonamos a nuestro niño interior? ¿Cuando dejamos de alimentarlo?  Y como dice el dicho, "entre todos lo mataron y él solo se murió".

Pues me gustaría que este post, de los últimos de este año, sea para dar una buena noticia: NO ESTÁ MUERTO. Está durmiendo, hibernando, esperando que lo llames. La noticia más incómoda: que sólo se despertará si tú lo llamas.  La responsabilidad es tuya, y solamente tuya.

Las causas de esa hibernaje son múltiples: la educación, la sociedad, el trabajo, las responsabilidades, bla, bla, bla, bla.... No busquemos excusas. Vamos a por los resultados.

Juega. Busca algo de tu tiempo a jugar. Busca aquello que te apasiona, aquello que te hace pasar horas y horas sin mirar el reloj. Busca tu talento y tu para qué. Y no olvides que es un juego. Disfrutalo. Lo demás, ya vendrá.

Aprende de los más pequeños. Seguro que tienes alguno cerca: hijos, sobrinos, los amigos, .... Obsérvalos. Observa como fluyen. Como todo en su vida es un juego.

Y una petición. Recordad que los niños aprenden de lo que ven en nosotros. No de lo que les digamos. Aprenden de lo que hacemos. No vale el "haz lo que yo diga pero no lo que yo haga". Lo siento: no funciona.
¿Qué queremos para ellos? Pues empecemos por nosotros.

Gracias, gracias y gracias.