La búsqueda de la felicidad.

"Quienes creen que la felicidad consiste en instantes no han podido incorporar todavía el concepto de que incluso los malos momentos forman parte de un fenómeno mas general, el cual podría configurar un contexto donde sea posible ser feliz."

El verano se termina y comienzan nuestras rutinas. Y me gustaría compartir algo para lo que la frase anterior de Jorge Bucay me viene perfecta.  Durante el verano y las vacaciones siempre busco que todo sea perfecto. Ninguna preocupación, ninguna perturbación a esa "idílica felicidad" que buscamos durante las vacaciones.  ¿Y qué me pasaba? Pues que en cuanto surgía algo distinto a lo que yo tenía planeado, venía esa sensación de no lograr mis vacaciones perfectas.

Yo siempre había pensado que la felicidad se obtiene a través de esos pequeños momentos de alegría donde compartimos con nuestros seres queridos, o con nosotros mismos, nuestras pasiones y las cosas que nos gustan.  Pero había algo que se me escapaba. 

En unas Jornadas de Coaching con Inteligencia Emocional en las que participamos, hubo una exposición magistral que me ha ayudado a enteder también que en la felicidad entra todo: lo bueno y lo incómodo que nos pasa. Es la propia vida la que nos aporta felicidad. Por lo tanto, ese es el secreto de la felicidad: la propia vida.  Es como nosotros. Somos perfectos como somos. Cuando nacemos, 

  venimos en nuestra mochila con el paquete completo: alegría, pasión, amor, inteligencia, compasión, solidaridad, ternura, amistad, .... Y también llevamos en nuestra mochila los celos, la tristeza, el enfado, la ira, el miedo, pereza, ...

¿Qué nos enseñan desde pequeños? Que esa parte más incómoda hay que eliminarla y ocultarla. Que sólo vale lo que pesa poco y lo que supuestamente nos va a aportar esa felicidad. De esa forma, nos pasamos nuestra vida buscando la mochila perfecta y esquivando las otras cosas. Porque no son buenas, porque nos hacen daño y porque no tenemos que sentir miedo, tristeza, celos, ...

Así pues, en mi humilde opinión, que coincide con la frase de Bucay, dónde habita lo bueno y también lo incómodo es donde podemos configurar un contexto donde es posible ser feliz. Aceptando que tendremos momentos de todo, que tanto de los momentos cómodos como de los incómodos podemos aprender, es como podremos crear nuestra felicidad. Si empezamos a aceptarnos también en esos días menos brillantes, aprendemos de ellos y nos sirven para coger el impulso necesario para alcanzar nuestros objetivos, una nueva forma de entender la vida se abrirá ante nosotros. 

Y creo que ese es el gran secreto. "Dale la vuelta a la tortilla" pero aceptando que todo, todo lo que está en tu vida, está por algo. Que podemos usarlo para aprender y coger impulso. Esos momentos, también son parte de nuestra felicidad.  

Como siempre, un fuerte abrazo a tod@s y mi más sincero agradecimiento. Espero que os sirva tanto como a mi me sirve escribirlo.