Os quiero relatar una experiencia sublime. Una experiencia para repetir. ¿Para qué? Bien, ahí va.
Con muchas ganas de pasarlo bien, llegamos al centro y descubrí a una persona con una sonrisa tranquila. Me explicó que hay varias corrientes de la Risoterapia y que ella, formada en una escuela de Barcelona, lo hacía a través del juego y el baile. "VAYA!!!, pensé yo, ya me equivoqué. Si yo soy una tabla para el baile". Y ahí estaba mi voz interior diciendome que lo iba a pasar mal. Solución: tomé conciencia de esa voz, y tomé la disposición de apertura a lo nuevo. No juzgar. Simplemente, dejarme llevar.
Y así, junto con mis compañeros (entre los que se encontraba mi compañera Sherezade de Emociona2) fue como María nos fue introduciendo poco a poco, muy lentamente en nuestro interior, conectando con ese niño que llevamos dentro y que tenemos muy olvidado. Ese niño que pone caras raras, que imita animales, que baila, que juega con una mosca, que se tira al suelo simplemente a observar, que quiere descubrir experiencias nuevas, que tiene curiosidad; ese explorador de sueños, ese niño "enjugascao" que vive en el aquí y en el ahora, sin preocupaciones. Para terminar riendo. Simplemente riendo. Sin causa, sin motivo, sin buscarlo. Simplemente riendo.
Muchas gracias María. Fue un taller magistral. Os lo recomiendo a todos. Fueron dos horas de volver a ese Pedrito inquieto, alegre, juguetón. Por dos horas, estuve completamente en el presente. Dos horas de completa energía y conexión con lo que somos de verdad. Sin juicios ni pensamientos. Solamente ser. Porque ya lo dice la canción: "Y solo siendo, eres tu mejor versión".
Así que mi para qué es el sentirme, de nuevo niño, jugando con otros "niños" con los que llegas a una conexión brutal en tan sólo dos horas. Volveré a repetir sin lugar a dudas. Y espero encontrarme con alguno de vosotros.
Os dejo con el enlace a la página de El Recreo y la Risoterapia y con un video para los que tengáis más curiosidad.
¿Quieres saber más sobre María o sus talleres?